![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg34vAIuFUSsaiI8mF697bxfRwie7EAGkg5Ph_1mfB0rYKmj8kffTsX6Ia3VOV4P-SMOxjtGqqUR-7mOCltG1Zar3T0yCaqzpwuZI6Ij7Pm6nbIoHD4OZBf5v6QaPUv5LxWwacWjjMwUnm7/s200/Job30.jpg)
unos más jóvenes que yo
y cuyos padres para mí, no eran dignos
ni de mezclarse con los perros de mi ganado.
2 Incluso sus brazos, ¿de qué me podían servir?
pues debilitados por el hambre y la miseria,
ya no tenían fuerzas.
3 Roían las raíces de la estepa,
hijos de una tierra desolada y árida,
4 recogían hierbas por los matorrales,
su pan eran las raíces de retama.
5 Los expulsaban de la sociedad,
y se gritaba tras ellos como trae un ladrón,
6 por lo que moraban en lo abrupto de los torrentes,
en huecos de la tierra y de las rocas.
7 Rugían entre las zarzas,
y se reunían bajo los espinos.
8 Hijos de ruines, hijos de desconocidos,
los arrojaban del país.
9 Ahora, sin embargo, les sirvo de canción y soy objeto de sus burlas.
10 Se espantan al verme y se alejan
y sin miramientos escupen a mi paso.
11 Me maltrata el esclavo suelto,
el peón que ayer nomás debía callarse.
12 A mi derecha se levantan acusadores,
que ponen una red ante mis pies,
abren hacia mí caminos,
13 han destruido mi sendero para perderme,
atacan y nadie los detiene.
14 Llegan como por una ancha abertura,
se revuelven debajo de los escombros.
15 Los terrores se han vuelto contra mí,
el viento se llevó mis esperanzas,
mi salvación se me fue como una nube.
16 Y ahora se va derramando mi vida,
me torturan días de aflicción.
17 De noche se me taladran los huesos
y no descansan mis llagas.
18 Con gran fuerza agarra Dios mi manto,
me aprieta el cuello de mi túnica.
19 Me ha tirado en el fango,
soy como el polvo y la ceniza.
20 Clamo a Ti, y Tú no me respondes;
me presento, y no me haces caso.
21 Te has vuelto cruel conmigo,
me persigues con toda la fuerza de tus manos.
22 Me llevas y me haces cabalgar sobre el viento,
hasta que una tormenta me deshace en el agua.
23 Bien sé que me conduces a la muerte,
al lugar de reunión de todos los vivientes.
24 Sin embargo, contra el pobre no levantaba mi mano
cuando en su angustia clamaba a mí.
25 ¿No lloré con quien tuvo días duros?
¿No se entristeció mi corazón por el pobre?
26 Yo esperaba la dicha, y llegó la desgracia.
esperaba la luz, y vino la oscuridad.
27 Mis entrañas se agitan sin descanso,
porque me vinieron al encuentro días de aflicción.
28 Sin hacer sol, he anclado ennegrecido.
En la asamblea me levantaba para gritar.
29 Me he hecho hermano de chacales,
compañero de avestruces.
30 Mi piel se ha ennegrecido sobre mí,
mis huesos se queman por la fiebre.
31 ¡Mi cítara ha servido para la lamentación
y mi flauta para acompañar a los que lloran!
No hay comentarios:
Publicar un comentario