lunes, 25 de octubre de 2010

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Amenazas a los sacerdotes

2 1 Para ustedes, sacerdotes, también esta advertencia. Si no la escuchan ni se preocupan de glorificar mi nombre, dice Yavé de los Ejércitos, les lanzaré la maldición y maldeciré también sus bendiciones.
2 Yo maldeciré porque ninguno de ustedes toma su oficio en serio. 3 Ahora mismo voy a quebrarles el brazo, a tirarles a la cara basura, la basura de sus ceremonias, y a barrerlos junto con ellas. 4 Y comprobarán que yo he sido quien les hizo esta advertencia para poner fin a mi alianza con Leví, declara Yavé de los Ejércitos.
5 En mi alianza con él se hablaba de vida y de paz, y se las concedí, se hablaba también de respeto y él me respetó y reverenció mi Nombre. 6 Su boca enseñaba la verdadera doctrina y nada perverso salía de sus labios; marchaba de acuerdo conmigo siendo tranquilo y correcto, y apartó a muchos del mal. 7 Porque los labios del sacerdote deben proporcionar la ciencia y en su boca se debe encontrar la ley, pues es el mensajero de Yavé de los Ejércitos.
8 Pero ustedes, declara Yavé de los Ejércitos, se han desviado de mi camino, con su enseñanza han hecho caer a muchos, así han roto ustedes la alianza de Leví. 9 Por eso yo permití que todo el pueblo los despreciara y los considerara indignos, debido a que ustedes se separaron de mí y favorecieron a unos más que a otros con sus fallos.
10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado a todos un mismo Dios? ¿Por qué, entonces, cada uno de nosotros traiciona a su hermano, profanando la Alianza de nuestros padres?
11 Judá ha cometido una traición, un gran pecado se ha cometido en Israel y en Jerusalén. Judá ha profanado el santuario preferido de Yavé, casándose con la hija de un dios extranjero. 12 ¡Que Yavé arranque de las tiendas de Jacob al que haga esto, que no haya nadie que lo defienda en los tribunales ni nadie que presente por él una ofrenda a Yavé.

Respeto al matrimonio

13 Además ustedes cometen otra falta: Como Yavé se niega a mirar sus ofrendas y no quiere recibírselas, entonces ustedes se ponen a llorar y a gemir cubriendo con lágrimas el altar. 14 Y luego se preguntan: “¿Por qué será?”
Porque Yavé es testigo que tú has sido infiel con tu esposa, a la que amabas cuando era joven. Ella, a pesar de todo, ha sido tu compañera y con ella te obliga un compromiso. 15 ¿No ha hecho Dios, de ambos un solo ser que tiene carne y respira? Y este ser único, ¿qué busca sino una familia dada por Dios? No traiciones, pues, a la mujer de tu juventud.
16 Odio el divorcio, dice Yavé, Dios de Israel, y al adúltero que aparenta ser un hombre bueno. Tengan, pues, mucho cuidado y no cometan tal traición. 17 Ustedes aburren a Yavé con sus discursos y todavía dicen: “¿En qué le hemos molestado?” Ustedes lo molestan cuando afirman que Yavé mira complacido a cuantos actúan mal, ya que les va bien en todo, o cuando se preguntan: “¿Dónde estará el Dios que hace justicia?”

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