lunes, 11 de octubre de 2010

13

13 1 Sí, todo esto lo han visto mis ojos,
y mis oídos lo han escuchado y entendido.
2 Todo lo que ustedes saben, yo también lo sé,
en nada me ganan ustedes.
3 Pero yo quisiera hablarle al Todopoderoso
y echárselo en cara a Dios.

4 Ustedes no son más que charlatanes,
todos ustedes son médicos que no sirven para nada.
5 ¡Quién pudiera obligarlos a guardar silencio!,
Eso sería el único acto sabio de ustedes.
6 Oigan, por favor, mi acusación
y fíjense en la defensa que pronuncian mis labios.
7 ¿Acaso quieren defender a Dios con argumentos falsos
y por él van a decir mentiras?
8 ¿Así van ustedes a ponerse de su parte
y a hacer su defensa?
9 ¿No sería bueno que él los examinase primero?
pues no lo engañarán a él como se engaña a un hombre;
10 los castigaría a ustedes severamente
si favorecieran a alguien en secreto.
11 ¿Ya no temen ustedes su Majestad
ni les asusta el terror que inspira?
12 Los refranes de ustedes son como sentencias de ceniza
y sus argumentos son de barro.

13 ¡Cállense, ahora voy a hablar yo,
y que me pase cualquier cosa!
14 Agarro mi carne con mis dientes
y pongo mi vida en las palmas de mis manos.
15 No importa que me quite la vida
con tal de que en su presencia pueda justificar mi conducta.
16 Y esto será para mí un triunfo,
pues ningún impío se atrevería a comparecer ante él.
17 ¡Oigan bien lo que les digo,
pongan atención a mis explicaciones!
18 Voy a defender mi causa
porque estoy seguro que tengo la razón.
19 ¿Quién quiere pleitear conmigo?
¡Inmediatamente aceptaría quedarme callado y morir!
20 Concédeme solamente dos cosas
para que no me esconda de ti:
21 Saca tu mano que tienes puesta sobre mí
y no me asustes más con tu terror.
22 Enseguida, comienza el juicio y yo responderé,
o mejor, yo hablaré y tú me contestarás.

23 ¿Cuántas faltas y pecados tengo?
¿Cuál ha sido mi transgresión o mi ofensa?
24 ¿Por qué me vuelves la cara
y me tratas como a un enemigo tuyo?
25 ¿Quieres asustar a una hoja que arrastra el viento
o perseguir a una paja seca?
26 ¡Tú, que dictas contra mí amargas sentencias
y que me achacas los pecados dela juventud,
27 que colocas cadenas en mis pies
o que vigilas todos mis pasos
observando las huellas de mis pies!

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