viernes, 10 de septiembre de 2010

9

La sabiduría invita a su mesa

9 1 La sabiduría ha construido su casa,
para lo cual levantó sus siete columnas;
2 sacrificó sus animales, preparó sus vinos
y dispuso su mesa.
3 Luego ha mandado a sus sirvientas a proclamar
desde los lugares más altos de la ciudad:
4 “Pasen para acá los hombres sencillos.”
5 Y también a los que no tienen preparación les dice:
“Vengan, coman de mi pan
y beban del vino que he preparado.
6 Dejen lo que no sirve, y vivirán,
y gracias al saber irán por el buen camino.”
7 El que corrige a un burlón se acarrea afrenta, el que reprende a un malvado se acarrea ofensas.
8 No reprendas al burlón, te tomará mala voluntad, reprende al sabio y te amará.
9 Da al sabio: se hará más sabio todavía; instruye al justo: aumentará su saber.
10 Temer a Yavé es el principio de la sabiduría. Conocer al Santo, eso es inteligencia.
11 Pues por mí se multiplicarán tus días y se te añadirán años de vida.
12 Si te haces sabio, lo serás para provecho tuyo; si te haces burlón sólo tu lo pagarás.
13 La señora Torpeza es impulsiva, simplona y no sabe nada. 14 Se sienta a la puerta de su casa, en un trono, en lo más alto de la ciudad, 16 para invitar a los que pasan y siguen recto su camino.
16 ¿Quién es simple? Que entre aquí. Al hombre insensato le dice: 17 “ Las aguas robadas son dulces, y más sabroso el pan hurtado.”
18 Pero el hombre ignora que ahí están las Sombras y que sus invitados se van al abismo del sepulcro.

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