lunes, 6 de septiembre de 2010

19

19 1 Más vale el pobre que vive honradamente, que el hombre insensato de labios mentirosos.
2 No tener reflexión es malo para los hombres, los pasos precipitados extravían.
3 Por su necedad el hombre echa a perder su camino, y luego contra Yavé se irrita su corazón.
4 La riqueza multiplica los amigos, pero el pobre se ve privado de su amigo.
5 El testigo falso no quedará impune, ni escapará el que dice mentiras.
6 Son muchos los aduladores del noble, todo el mundo es amigo del que hace regalos.
7 Todos los hermanos del pobre lo odian, con mayor razón lo abandonan sus amigos. Busca quien le hable, pero no lo halla.

8 El que adquiere comprensión se ama a si mismo, quien guarda la prudencia encontrará la felicidad.
9 El testigo falso no quedará impune, el que dice mentiras perecerá.
10 No corresponde al tonto vivir lujosamente, menos aún al esclavo mandar a los príncipes.
11 La habilidad de un hombre lo hace lento para enojarse; su gloria es perdonar las ofensas.
12 Semejante al rugido del león es el enojo del rey, pero su protección es como rocío sobre la hierba.
13 Un hijo insensato es una calamidad para su padre; el griterío de una mujer, como una gotera que no deja de correr.
14 Casa y viene son herencia paterna, pero una mujer juiciosas es un regalo de Yavé.
15 La pereza hace caer en el sueño, la persona floja pasará hambre.
16 El que guarda el mandamiento se guarda a sí mismo, el que lo desprecia va a la muerte.
17 El que se compadece del pobre presta a Yavé que le pagará su buena obra.
18 Mientras haya esperanza, castiga a tu hijo, no dejes que vaya a la muerte.
19 El hombre violento se expone a la multa; si lo perdonas, aumentará su enojo.

20 Oye el consejo, acepta la corrección, para llegar a ser sabio.
21 Hay muchos proyectos en el corazón humano, pero el designio de Yavé es el que se realizará.
22 El hombre atrae con su bondad; más vale el pobre que el mentiroso.
23 El amor de Yavé conduce a la vida; serás saciado y no te visitará la desgracia.
24 El perezoso mete la mano en el plato, pero ni siquiera puede llevarla a la boca.

25 Castiga al burlón, y el simple se hará prudente; reprende a un hombre inteligente, se dará a la razón.
26 El que despoja al padre y echa a su madre es un hijo infame y degenerado.
27 Hijo mío, escucha la instrucción y cesa de extraviarte lejos de las palabras de sabiduría.
28 Un testigo indigno se burla de la justicia; la boca de los malvados se sacia de maldad.
29 Los castigos están preparados para los burlones, y los golpes para las espaldas de los tontos.

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