lunes, 9 de agosto de 2010

8

8 1 Después de la cena, hablaron de acostarse y acompañaron al joven de la sala donde había comido a su habitación. 2 Tobías recordó las palabras de Rafael y, tomando el hígado y el corazón del pez que tenía en la bolsa, los puso en las brazas del perfumador. 3 El olor del pez hizo huir al demonio hacia las regiones altas de Egipto, donde Rafael lo encadenó.
4 Mientras tanto, los padres habían salido cerrando la puerta de la habitación. Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: “Levántate, hermana, y pidamos a nuestro Señor que tenga misericordia de nosotros y nos salve. 5 Ella se levantó y empezaron a orar, pidiendo que se les concediera la vida. Empezaron así:
5 “¡Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre santo y glorioso por los siglos de los siglos; que los cielos y todas las criaturas te bendigan! 6 Tú creaste a Adán y le diste a Eva, su mujer, cojo ayuda y compañera, para que de los dos naciera la raza humana.
Tú dijiste: No está bien que el hombre esté solo, démosle una compañera semejante a él. 7 Ahora, Señor, tomo a mi hermana con recta intención y no buscando el placer. Ten piedad de nosotros y que podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.”
8 Ella respondió: “Amén” 9 y se acostaron los dos para pasar la noche.
Ragüel se levantó temprano y llamó a sus muchachos para que fueran a cavar una tumba. 10 Pues Ragüel pensaba: “No sea que Tobías también haya muerto.” 11 Luego, Ragüel volvió a casa 12 y dijo a su esposa: “Manda una sirvienta para que vea si vive. Si ha muerto, lo enterraremos sin que nadie se entere.”
13 La sirvienta, al abrir la puerta, los vio dormidos, 14 salió entonces para anunciar que estaba vivo. Entonces Ragüel bendijo al Señor con estas palabras.
“Bendito seas, ¡oh Dios! por todos los siglos. 16 Seas bendito por haberme colmado de gozo. No ha sucedido lo que yo temía, sino que nos has tratado según tu gran benevolencia 17 y has tenido compasión de dos hijos únicos. Ten piedad de ellos y dales tu gracia y protección, y que toda su vida tengan buena salud y gozo, y vivan en tu gracia.”
18 Después mandó a sus muchachos a rellenar la fosa antes de que amaneciera.
19 Mandó a su esposa a cocer una gran hornada de pan; él fue al establo, trajo dos bueyes y cuatro carnero, y ordenó que los mataran y los prepararan; 20 luego llamó a Tobías y le dijo: “Durante catorce días te quedarás aquí para festejar a mi hija que tanto ha sufrido. 21 Luego tomarán la mitad de mis bienes y se irán felices a casa de tus padres. La otra parte la obtendrán cuando nosotros hayamos muerto. Animo, hijo que desde ahora en adelante Edna y yo somos tus padres.”

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