martes, 6 de julio de 2010

27

27 1 Por amor de la ganancia han pecado muchos, el que quiere enriquecerse deja de mirar a Dios.
2 Como la estaca se fija entre dos piedras juntas, el pecado se introduce entre compra y venta. 3 El que no se mantiene firmemente en el temor de Dios, pronto verá derrumbada su casa.
4 Al sacudir el harnero caen las mugres, lo mismo los defectos del hombre cuando se pone a hablar.
5 El horno pone a prueba los tiestos del ollero; la conversación prueba al hombre.
6 El árbol bien cultivado se reconoce por sus frutos; así la palabra da a conocer los sentimientos del hombre.
7 No alabes a nadie antes que haya hablado, porque ésa es la piedra de toque.
8 Si persigues la justicia la conseguirás, y te revestirás de ella como de un vestido de fiesta.
9 Los pájaros se aparejan con sus semejantes, así la verdad va al encuentro de los que son leales.
10 El león acecha a su presa, así también el pecado acecha a los que cometen la injusticia.
11 El discurso del sabio no se aparta de la sabiduría. Por el contrario, el insensato cambia como la luna.
12 Si estás entre insensatos, cuenta tus minutos, pero quédate sin temor con las personas reflexivas. 13 La conversación de los tontos es odiosa, su risa proviene de la grosería.
14 El lenguaje del hombre que jura sin parar pone los cabellos de punta. En sus riñas hay que taparse los oídos.
15 Cuando disputan los soberbios, corre la sangre, y sus injurias no pueden oírse.
16 El que revela los secretos pierde la confianza y no hallará más amigos según sus deseos.
17 Ama a tu amigo y séle fiel; si has revelado sus secretos, deja de correr tras él, 18 como un hombre a quien se le murió un deudo, también tú lleva el duelo por tu amistad. 19 Así como, al abrir la mano, el pájaro se vuela, perdiste a tu amigo y no lo recobrarás. 20 No lo sigas, está lejos y huye como una gacela del lazo. 21 Porque una herida se venda, una injuria se perdona, pero, si se revela un secreto, ya no hay esperanza.
22 Quien guiña el ojo planea males, nadie lo hará cambiar. 23 En tu presencia es todo miel, se admira de tus palabras, pero a tus espaldas cambia de lenguaje y tergiversa tus palabras.
24 Odio muchas cosas, pero nada tanto como ese hombre; el Señor también lo odia y lo maldice.
25 Quien lanza una piedra al aire la tira sobre su cabeza, quien golpea a traición será también herido.
26 Quien cava un pozo, caerá en él, quien tiende un lazo, en él quedará pillado.
27 Quien hace el mal será envuelto en él, sin ni siquiera saber de dónde le llega.
28 Burla e insulto son propios del soberbio, pero como un león lo acecha la venganza.
29 Caerán en la trampa los que gozan con la caída de los hombres valiosos, el dolor los consumirá antes que mueran.

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