jueves, 8 de julio de 2010

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21 1 Hay reprensiones inoportunas; hay un silencio propio del hombre sensato.
2 Más vale reprender que guardar rencor. El que reconoce su falta limita las consecuencias.
3 Como un eunuco deseoso de violar a una niña, 4 así es el que pretende hacer justicia con violencia.
5 Este se calla y pasa por no sabio, el otro se hacer detestar por su charlatanería.
6 Este se calla porque no sabe qué contestar; el otro se calla esperando el buen momento.
8 El sabio calla hasta el buen momento; el parlanchín y el torpe hablan a destiempo.
8 El habla demasiado se hace detestable, el que se quiere imponer despierta odios.
9 El hombre puede sacar provecho de sus males, una buena suerte puede volverse daño.
10 Hay una generosidad que no te retribuirán, y otra que te retribuirán doblemente.
11 Uno es humillado por haber tenido gloria; otro es humillado y luego, levanta la cabeza.
12 Este compra muchas cosas conpoco dinero, otro paga siete veces el valor.
13 Con sólo hablar, el sabio se da a querer, mientras que los favores del tonto se pierden.
14 El regalo del tono no te sirve, porque da con ojos ávidos. 15 Da poco y echa mucho en cara, y lo proclama por todas partes; presta hoy y mañana cobra, es un hombre detestable.
15 El insensato dice: “No tengo ni un amigo, nadie me agradece mis favores. 17 Los que comen mi pan tienen mala lengua.! ¡Cuántos y cuántas veces se burlarán de él!
18 Más vale caer por un tropezón en el suelo que resbalar con las palabras; así es como de repente caen los malvados.
19 El hombre sin gracia es como un cuento inoportuno.
20 El proverbio dicho por el tono cae mal, porque no lo dice a propósito.
21 Este se preserva del pecado, porque no tiene los medios para cometerlo; cuando tenga la oportunidad no tendrá remordimientos.
22 Uno se pierde por mala vergüenza, se pierde por complacer a la gente sin criterio. 23 Otro, por timidez, consiente a un amigo, un enemigo, en verdad, que se ganó inútilmente.
24 La mentira es una mancha vergonzosa para el hombre, los imbéciles se acostumbran a ella.
25 Es preferible el ladrón al mentiroso, pero uno y otro caminan a su pérdida.
26 El hábito de mentir es una infamia, el mentiroso no se aparta de su vergüenza.
27 El sabio se engrandece por sus palabras; el hombre sensato se gana a los poderosos.
28 El que cultiva la tierra aumenta sus parvas, el que agrada a los grandes se hace perdonar las injusticias.
30 Los presentes y los regalos ciegan los ojos de los sabios; como un bozal acallan los escrúpulos.
32 La sabiduría escondida y el tesoro oculto, ¿para qué sirven?
33 Mejor es el hombre que oculta su necedad que el hombre que oculta su sabiduría.

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