jueves, 17 de junio de 2010

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En la persecución.

2 ¡Oh Dios!, dígnate librarme; Señor, apresúrate a socorrerme.
3 Que se confundan y se avergüencen los que anhelan mi mal.
4 Que retrocedan avergonzados los que desean desdichas para mí.
5 Retrocedan cubiertos de vergüenza los que me dicen: ¡Ja, ja!
que se alegren y regocijen en ti aquellos que te buscan.
que puedan decir siempre: “Grande es el Señor”, los que esperan tu salvación.
6 Oh Dios, yo soy pobre y desvalido, socórreme. Señor, tú eres mi ayuda y mi libertador, no te demores.

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