Piedad de mí, Señor.- Ante el Dios de verdad reconocemos el pecado que cometimos. No faltará la esperanza en nuestra humillación, pues sabemos que él es capaz de crear en nosotros un corazón nuevo.
3 Piedad de mí, Señor, en tu bondad,
por tu gran corazón, borra mi falta.
4 Que mi alma quede limpia de malicia,
purifícame tú de mi pecado.
5 Pues mi pecado yo bien lo conozco,
mi falta no se aparta de mi mente,
6 contra ti, contra si solo pequé,
lo que es malo a tus ojos, yo lo hice.
por eso, en tu sentencia tú eres justo,
no hay reproche en el juicio de tus labios.
7 Tú ves que malo soy de nacimiento,
pecador desde el seno de mi madre.
8 Tú quieres rectitud de corazón,
enséñame en secreto lo que es salvo.
9 Rocíame con agua y seré limpio
lávame y seré blanco cual la nieve.
10 Haz que sienta otra vez júbilo y gozo
y que bailen los huesos que moliste.
11 Aparta tu semblante de mis faltas,
borra en mí todo rastro de malicia.
12 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
un espíritu firme pon en mí.
13 No me rechaces lejos de tu rostro
ni apartes de mí tu santo espíritu.
14 Dame tu salvación que regocija,
mantén en mí un alma generosa.
15 Indicaré el camino a los desviados,
a ti se volverán los descarriados.
16 De la muerte presérvame, Señor,
y aclamará mi lengua tu justicia.
17 Señor, abre mis labios
y cantará mi boca tu alabanza.
18 Un sacrificio no te gustaría,
ni querrás, si te ofrezco un holocausto.
19 Un corazón contrito te presento;
no desdeñas un alma destrozada.
20 Favorece a Sión en tu bondad:
edifica de nuevo sus murallas.
21 Y así te gustarán los sacrificios,
ofrendas y holocaustos que son justos.
ofrecerán novillos en tu altar.
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