miércoles, 23 de junio de 2010

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La Iglesia - Sión, monte de Dios.- Sión es el otro nombre de Jerusalén, la ciudad Santa. Este salmo recuerda la protección con que Dios la favoreció en varias ocasiones. Alégrense los creyentes, el Señor vela por nosotros.

2 Grande es el Señor y dignísimo de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, 3 en su monte santo tan hermoso, alegría de la tierra entera.
El cerro de Sión, en el extremo norte, es la ciudad del Rey Supremo. 4 El está en sus fortalezas y se manifiesta como su segura defensa.
5 Los reyes se unieron y se presentaron juntos. 6 Pero apenas lo vieron, quedaron estupefactos, se turbaron y se dieron a la fuga.
7 Allí mismo los atacó un temblor, 8 un dolor como de parto, como viento de oriente que estrella los navíos de Tarsis.
9 Tal como lo oímos, así lo vimos en la ciudad del Señor Sabaot, en la ciudad de nuestro Dios. El es quien la fundó para siempre.
10 Oh Dios, recordamos tu bondad en medio de tu Templo. 11 Oh Dios, tu alabanza sigue la fama de tu Nombre hasta los extremos de la tierra.
12 Tu poderosa mano es justiciera. El Monte Sión se alegra y las ciudades de Judá saltan de gozo cuando tú te manifiestas.
13 Recorre Sión, da la vuelta y cuenta sus torres. 14 Considera sus defensas, recorre uno a uno sus palacios y cuéntalo a tus hijos.
15 Diles que Dios, nuestro Dios, es el que nos guía para siempre.

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