martes, 29 de junio de 2010

23 (22)

El Señor es mi pastor.- El es mi pastor: nada me puede faltar. Ante mí está la mesa y la copa de Cristo, recibí, mejor que la unción de aceite sagrado, la del Espíritu Santo (1 Juan 2,27); espero, no el descanso de la muerte, sino el de la resurrección junto al Padre.

1 El Señor es mi pastor, nada me falta,
2 en verdes pastos él me hace reposar
y adonde brota agua fresca me conduce.

3 Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige
por amor de su Nombre.

4 Aunque pase por quebradas muy oscuras
no temo ningún mal
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen.

5 Me sirves a la mesa
frente a mis adversarios,
con aceites tú perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa.

6 Me acompaña tu bondad y tu favor
mientras dura mi vida,
mi mansión será la casa del Señor
por largo, largo tiempo.

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