miércoles, 30 de junio de 2010

16 (15)

El Señor es mi parte de herencia.- Dios es mi parte de herencia, pues le elegí como único Señor. Gozaré de él durante toda la eternidad.

2 Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio,
tú eres mi bien, nada hay fuera de ti;

3 A los dioses de este mundo,
que tanto me complacían,
¡cuántos los siguen! Y es sólo para mal.

5 No les ofreceré yo sacrificios
ni sonarán sus nombres en mis labios.

6 Señor, mi parte tú eres y mi copa,
tú proteges la suerte que me toca;
me marcaron un sitio de delicias,
magnífica yo encuentro mi parcela.

7 Yo bendigo a mi Dios que me aconseja,
mi conciencia me instruye aun de noche
8 pongo siempre al Señor ante mi vista;
porque a mi lado está, jamás vacilo.

9 Por eso corazón y alma se alegran
y mi cuerpo descansará seguro;
10 pues tú no puedes dar mi alma al infierno
ni dejar que tu amigo se haga polvo.

11 Me mostrarás la senda de la vida,
el gozo grande que es mirar tu rostro,
delicias para siempre a tu derecha.

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