Los dos reinos.- Esta lucha entre los “Reyes de la tierra” y el Elegido de Dios anuncia el libro del Apocalipsis. Pero no hay que identificar totalmente estas fuerzas antagónicas con la Iglesia y los que la combaten, pues es en el corazón de cada hombre donde pasa la frontera entre ellas. Esta lucha es de todos los tiempos, pero, en los años presentes, somos testigos de la oposición cada vez más fuerte de los poderosos a la Iglesia de Cristo y de sus pobres.
1 ¿Para qué meten ruido las naciones
y los pueblos se quejan sin motivo?
2 Se levantan los reyes de la tierra,
y sus jefes conspiran
en contra del Señor y su elegido.
3 ¡Ea, vamos, rompamos sus cadenas
y su yugo quebremos!
4 Aquel que es rey del cielos se sonríe,
mi Dios se burla de ellos.
5 Luego les habla conenojo
y los asusta con su rabia:
6 “Ya tengo consagrado yo a mi rey
en Sión, mi monte santo.”
7 Anunciaré el decreto del Señor
pues él me ha dicho: “Tú eres hijo mío;
hoy te he dado la vida.
8 Pídeme y serán tu herencia las naciones,
tu propiedad los confines de la tierra.
9 Las podrás aplastar con vara de hierro
y romperlas como cántaro de greda.”
10 Y ahora, reyes, entiendan,
corríjanse los jueces de la tierra.
11 Sirvan a Dios con temor
besen, temblando, sus pies.
12 Si él se enojare, ustedes morirán,
pues su cólera estalla en un momento.
felices los que buscan su cariño.
1 ¿Para qué meten ruido las naciones
y los pueblos se quejan sin motivo?
2 Se levantan los reyes de la tierra,
y sus jefes conspiran
en contra del Señor y su elegido.
3 ¡Ea, vamos, rompamos sus cadenas
y su yugo quebremos!
4 Aquel que es rey del cielos se sonríe,
mi Dios se burla de ellos.
5 Luego les habla conenojo
y los asusta con su rabia:
6 “Ya tengo consagrado yo a mi rey
en Sión, mi monte santo.”
7 Anunciaré el decreto del Señor
pues él me ha dicho: “Tú eres hijo mío;
hoy te he dado la vida.
8 Pídeme y serán tu herencia las naciones,
tu propiedad los confines de la tierra.
9 Las podrás aplastar con vara de hierro
y romperlas como cántaro de greda.”
10 Y ahora, reyes, entiendan,
corríjanse los jueces de la tierra.
11 Sirvan a Dios con temor
besen, temblando, sus pies.
12 Si él se enojare, ustedes morirán,
pues su cólera estalla en un momento.
felices los que buscan su cariño.
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